Un café con Dios
Me encuentro leyendo una hermosa historia,
considero que sonara un poco peculiar por qué más de una vez la han leído o
escuchado, espero que la disfruten de la manera en la cual yo la he disfrutado.
Te invito a que te sirvas un café de la misma
manera en la cual yo estoy escribiendo, si no te gusta el café, no hay problema
sírvete una deliciosa tasa de cocoa, y así aprendas junto conmigo como Dios nos
muestra de personajes en los cuales encontramos un ejemplo para nuestras vidas que
nos servirán para crecer como personas.
De prisionero a leyenda
¿Quieres oír una historia fascinante? ¿Qué opinas acerca de sentarte en una cómoda butaca de cine y deleitarte con el largometraje que se perdieron de filmar los mejores guionistas de Hollywood? Siéntate y observa.
El hombre espera en la quietud de la celda.
Una molesta gotera golpea sobre la áspera piedra. El calor es agobiante y
denso, pero a esta altura de las circunstancias, la temperatura es lo que menos
importa. Las moscas lo invaden todo sin piedad, pero no tiene sentido
espantarlas; al fin y al cabo, pueden llegar a ser la única compañía digna de
apreciar. Los demás presos observan al hombre con recelo. Acechan. Para ser
honesto, los últimos meses fueron pésimos para el callado prisionero. Sus
hermanos lo odian con toda el alma y le tendieron una trampa; una clásica
rencilla familiar que terminó en tragedia, en viejos rencores arraigados.
El hombre es apenas la sombra de aquel
muchacho que solía lucir un impecable traje de marca italiana, con un delicado
toque de perfume francés. Ahora viste harapos, una suerte de taparrabo. Se
comenta en la celda, que está marcado por la desgracia. Pudo haber sido libre,
llegó a trabajar como mayordomo para un importante magnate. Pero los
comentarios afirman que quiso propasarse con la bellísima mujer del millonario.
En su momento, negó la acusación, pero «no pretenderá que creamos que fue ella
quien lo acosó sexualmente», opinan.
«Si fuese como él dice, debió haberse acostado
con ella», afirma un viejo recluso apodado «el griego», «una noche de lujuria
le habrían otorgado su pasaporte a la libertad».
El misterioso hombre sigue recostado sobre una
de las paredes sucias de la prisión. Parece que supiera algo que los demás
ignoran. Como si tuviese un hábil abogado que apelará su condena, o como si
presintiese que la muerte está cerca y le aliviará tanto dolor injusto. Sonríe
en silencio, sin alboroto. Técnicamente está muerto, sin esperanza.
Pero ya no siente el calor ni le molestan los
grilletes. Es como si pudiese ver tras los enmohecidos muros de la celda. Los
demás presumen que está al borde de la locura. Pero el hombre espera como aquel
que sabe que aún puede cambiar su estrella. Toma la celda como parte del plan,
como el último escalón hacia el destino.
Las chirriantes puertas de acero se abren de
golpe y dos guardias entran en escena. Buscan al hombre. Unos de los guardias
tienen una voz gutural: «Faraón quiere verte, ha tenido un sueño y dicen que tú
sabes revelarlos».
El prisionero no se sorprende. Sube los
peldaños que lo alejarán para siempre de la celda, en silencio.
Reclusos, observen la espalda de este hombre,
contémplenlo mientras se aleja. Si tienen la fortuna de estar vivos, la próxima
vez que lo vean, lo encontrarán con vestimenta de rey, lucirá como Faraón. El
magnate maldecirá haberlo despedido. La mujer confesará que lo acusó por
despecho, injustamente. Y su familia se arrojará ante él, para implorarle
misericordia. Los presos lo convertirán en leyenda.
«Yo lo conocí cuando era un don nadie, y se
sabía que iba a llegar lejos, siempre lo supe», alardeará y mentirá «el
griego».
José gobernará la nación, ocupará el sillón
presidencial y administrará los graneros de Egipto. Aprenderá a ganar,
experimentará el sabor de la victoria.
Recuerda: puedes ser un héroe.
Si te suena conocida esta historia en hora buena, pero si no la conocías que alegre saber que la he compartido y espero que hayas disfrutado.
La verdad es que conocer la vida de José este joven soñador el cual nunca perdió esa visión la cual Dios coloco en su corazón y mente es muy interesante, como este joven lleno de situaciones difíciles, familia la cual no lo querían y mentiras de otros y otras que deseaban dañarlo, José este joven que no perdió su fe, su integridad, que fue un líder en todo momento y lugar en la cual él estuvo.
Dios hayo gracia en la vida de él, que tal si
nosotros tomáramos eso como ejemplo y fuéramos más como José, seamos más como
José, aprendamos de esa integridad, de sus hábitos, de su manera de vivir y no
perdamos nuestra fe, Dios cumplirá sus promesas en nuestras vidas.
¡¡¡Solo confía!!!
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